lunes, 3 de noviembre de 2014

Farewell

Lo cierto es que, odio profundamente las despedidas.

Una despedida no implica otra cosa sino que el hecho de que algo o alguien se aparte de tu vida,que te diga adiós, sin más,de un momento a otro, sin avisar,sin estar preparado para ello,sin dejarte coger fuerzas,sin dejarte tomar aire…
El adiós… Una de las palabras que más daño me hacen en el mundo.
Un adiós es demasiado duro,demasiado difícil,demasiado rotundo.
Cuando alguien te dice adiós,algo dentro de ti se muere. Algo se hace más pequeño.Algo desaparece,y queda en tu corazón grabado para siempre como un simple recuerdo.
En las despedidas alguien se marcha para no volver. Alguien decide coger otro camino…
Alguien se aleja y se pierde entre la multitud. Y te quedas mirando su paso,triste y pensativo,esperando que de media vuelta y decida quedarse contigo.Que se arrepienta de marcharse… Pidiendo al cielo que esa no sea la última vez que coincidáis en el camino.


Creo que nadie nos preparó para las despedidas. Nadie nos hizo pensar que algún día tendríamos que decir adiós,como algo definitivo, y no como algo temporal.
Y, puede que sea cobarde, que no sea capaz de afrontarlo, que me de miedo hacerme a la idea del adiós para siempre…
Pero,yo siempre he preferido elegir otro camino. Siempre he preferido pensar que jamás se sabe lo que te depara el destino… Que quizás ese adiós, no es tan definitivo.
Quizás,simplemente… Un adiós,en realidad…No es más que un



“Hasta luego”…

NereiitaDoubleB

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